• 26 de Setiembre, 2025

Día Mundial de la Obra Misionera

Corría el siglo XIX cuando un joven misionero llamado William Carey, conocido hoy como el padre de las misiones modernas, sintió en su corazón un ardiente llamado: llevar el evangelio a tierras lejanas, aun cuando muchos de su tiempo le decían que era imposible. Su lema era claro: “Espera grandes cosas de Dios; intenta grandes cosas para Dios”.

Carey partió hacia la India, dejando atrás comodidad, familia y estabilidad. Allí enfrentó hambre, enfermedades y la pérdida de seres queridos. Sin embargo, no retrocedió. En medio de lágrimas, comenzó a traducir la Biblia a los idiomas locales, levantando escuelas y enseñando a leer a quienes nunca habían tenido un libro en sus manos. Sus semillas parecían pequeñas, pero estaban cargadas de compromiso eterno.

Más de dos siglos después, el fruto de su labor sigue vivo: millones de creyentes en Asia leen la Palabra de Dios en su propio idioma gracias a aquel hombre que decidió sembrar con fidelidad. Carey nunca imaginó el alcance de su entrega, pero entendió que la misión no se mide por el sacrificio personal, sino por la gloria que Dios recibe.

Hoy, su historia nos recuerda que cada paso de obediencia abre caminos eternos. Sembrar con compromiso es confiar en que Dios multiplicará lo que ponemos en sus manos, aun cuando no veamos de inmediato la cosecha.

Y es en esa misma visión que seguimos caminando. Este domingo, 28 de septiembre, a las nueve de la mañana celebraremos con gozo el Día Mundial de la Obra Misionera, con un servicio especial donde levantaremos nuestra voz y nuestro compromiso para que el mensaje de Cristo siga alcanzando las naciones. Porque la antorcha que encendieron los misioneros de ayer, hoy arde con más fuerza en nuestras manos.

Programa especial por la señal de Bethel Televisión.

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